He subido a la montaña más alta de mi ciudad. Estoy solo. Oteo el horizonte, mil pasajes me pertrechan el alma. ¿Quién soy? ¿Qué hago en este mundo? Cierro los ojos e intento imaginar las infinitas variables que me han conducido a vivir este instante.
Saco un bolígrafo de mi bolsillo y un pequeño cuaderno de mi zurrón. El viento acaricia las hojas del cuaderno mientras estas bailan al compás de la sonata del goteo de la pluma cuando escribo.
Hoy quiero hablaros largo y tendido de la saga Pro Evolution Soccer. No tengáis prisa. Yo no la tengo. Este escrito durará lo que dure mi cuadernillo.
Todo, absolutamente todo es efímero en la vida. Finito, limitado, reducido… a excepción de una cosa. El recuerdo. Nada puede derrotar el poder del recuerdo, que a fin de cuentas, es la historia. Partamos de una premisa. Pro Evolution Soccer es leyenda. Una saga eterna. Pro Evolution Soccer acabará el día que acabe, como concepto material, pero su recuerdo jamás podrá ser borrado de la historia ya no solo del videojuego, sino de la historia de las vidas de nuestras historias. ¿Qué es Pro Evolution Soccer hoy? No lo sé. Solamente soy consciente de que fue, es y será leyenda. Y eso es lo primero que quiero que entendáis. Que estamos ante una Leyenda.
La segunda y posiblemente más importante premisa de la vida es que nada sucede de la misma manera para nadie. Los sentimientos se pueden acercar. Pero una onza de chocolate nunca jamás le hará sentir lo mismo a dos personas. Porque los sistemas perceptivos, entran en combinación con la memoria de nuestra mente, y de paso con múltiples variables como la edad, el estado anímico, las condiciones meteorológicas o yo que sé, la calidad del sueño de la noche anterior. Por tanto, nada en la vida hace sentir lo mismo a dos personas. Por eso, nunca Pro Evolution Soccer será igual para ti, para él, para mí. Pro Evolution Soccer es lo que es, un videojuego de fútbol, y a partir de ahí, todo lo que se diga de la saga, es irrevocablemente subjetivo de cada persona que puebla la faz de la tierra.
Un recién nacido ya está en capacidad de convertirse en una persona receptiva, interactiva y participativa con el medio. Un bebé es capaz de gozar de una relación directa entre él y su entorno. Ese mundo está en constante ampliación, y no se detiene. Ese bebé un día tendrá 7 años. 10 años. 15, 20, y un día, tendrá la edad que tú que me lees ahora tienes. ¿Sois conscientes de la evolución mental que sufre un niño en sus 10 primeros años de vida? El cerebro no deja de asimilar todo lo que su medio ambiente inmediato le muestra. Por lo tanto, un niño de 9 años y 1 día, posiblemente tenga un sistema receptivo muy alejado del que tenga otro niño con 9 años y 70 días. Ahora imaginad un niño al que le presentan Pro Evolution Soccer a los 10 años. Tal vez deba decir Iss Pro Evolution Soccer. O International Superstar Soccer. Pero me estáis entendiendo a la perfección. Cuando eres niño y pruebas Iss Pro Evolution Soccer, quedas marcado para el resto de tus días.
Iss Pro Evolution sale en el año 1999. Yo tenía 11 años recién cumplidos, pero no lo iba a conocer aún. Llevaba casi dos años jugando sin parar a Fifa 98 y sinceramente, para aquel niño, nada podía mejorar a Fifa 98. Lo tenía todo, desde una portada impresionante de Raúl González pasando por cientos de equipos licenciados, estadios, modos… ¡y hasta futbol sala! Aquellos eran pedazos de caviar para un niño de 9 años.
Pero un día llega a mis manos ISS Pro Evolution. Y es entonces cuando me llevo un sopapo de realidad, un sopapo como la embestida de un rinoceronte de grande. ¿Qué demonios había estado haciendo en todo aquel tiempo? Cuando probé ISS Pro en casa de un amigo (versión japonesa, Winning Eleven 4) sin apenas equipos y estadios licenciados, todo en japonés y limitadísimo en los menús, pensé que mi amigo no había conseguido aquella maravilla de Japón. ¡Iss Pro Evolution venía de la nasa!
He dejado de escribir por un momento. Un pajarillo se ha posado encima de mi zurrón. No quiero que se aleje. Creo que quiere rebañar las pocas migas de pan que han sobrado del bocadillo de chorizo que acabo de comer. Para cuando me he dado cuenta, el pajarillo se ha esfumado de mi rango de visión. Se ha ido, para siempre seguro. Simplemente tenemos caminos diferentes en la vida.
A partir de los once años el camino que cambió de alguna manera fue el mío. Hay personas que te dicen, ¿por qué inviertes tanto tiempo en algo? ¿En una serie, un jugador de fútbol, un videojuego o un famoso? Ellos no te van a dar de comer.
Seguramente, lejos de darme de comer, me harán perder cantidades ingentes de dinero y de tiempo. Pero lo que tengo claro, es que esas cosas que tanto nos apasionan en la vida nos otorgan sensaciones que el dinero no puede comprar. Todos los Pro Evolution Soccer de PS2 no me han costado nada comparado con todo lo que yo les debo a ellos. ¿400 euros? Un gran pedazo de mi vida no vale eso. Vale mucho más. No es tópico, y maldigo al que crea que es un tópico, pero yo fui un niño muy feliz gracias en parte a estos juegos. Quedábamos todas las tardes en casa de los amigos, y el tiempo se detenía. Pro Evolution Soccer me hizo ser un niño muy feliz, y eso es y será Leyenda para el resto de mi vida.
¿Dónde estabas tú cuando de pequeño te iniciaste en la saga? ¿Mejoró en algún sentido tu vida? Aunque a decir verdad, posiblemente cada minuto que pasaste pegado a la Liga Master podrías haberlo invertido en estudiar más, en pasar más tiempo en la calle, o en conocer otras personas.
¿Pero qué?
Pero no. Tú tenías 10-15-17 años y devoraste tu tiempo libre aporreando botones frente a una caja luminosa. Y eso tenía sentido para ti. Creías manejar de verdad a los personajes que tenías en los cromos de las colecciones de Panini o que veíais en la televisión cuando los domingos por la tarde tu padre te llevaba al bar a ver los partidos de Canal Plus a las 19:30 horas mientras te pedías un mosto y te subías a una banqueta grande para así poder alcanzar el vaso de la barra.
Éramos pequeños, y todo aquello tiene hoy un impacto tremendo para nuestras mentes. ¿Sabéis que cada vez que contamos un suceso de nuestras vidas el cerebro lo sobrescribe y lo escribe de nuevo? Por eso con el paso del tiempo las vivencias se tornan tan épicas. Yo recuerdo haber marcado 4 auténticos golazos en un partido de colegio. Posiblemente fueron 4, pero de empujar el balón a puerta vacía. Y mi cabeza los visualiza por la escuadra, regateándome a medio equipo rival, y haciendo todo tipo de virguerías. Éramos pequeños, ya lo creo, y de la misma manera, el impacto que Pro Evolution Soccer tuvo en nosotros será difícilmente olvidable. Con el paso del tiempo, PES es más leyenda en nuestra mente. Y da igual que hayamos sufrido 8 terribles años con 8 terribles videojuegos, a cada cual más nefasto. Que no lo digo yo. Lo sé yo, lo sabes tú y lo sabe Konami.
¿Y por qué no hemos abandonado el sentimiento hacia la saga?
¿Queréis saber por qué?
Porque no podemos. Sencillamente no podemos. Hemos desarrollado un tipo de hipermnesia hacia/con la saga de la que no podemos escapar. No podemos olvidar el sentimiento, está grabado en nuestras células. Y por más que la soga nos apriete, más intenso se vuelve el deseo de ver algún día llegar el cese del dolor.
Menudas majaderías nos cuentas, Carlos, pensaréis algunos.
Que no. Que estoy hablando de la vida. Que hay mujeres por las que lloraríamos las doscientas vidas que vivamos y hay cigarros que fumaríamos en otras doscientas vidas. Y diremos que esa mujer no es la mujer de nuestra vida, o que no fumaremos ese cigarro por recomendación del médico. Pero vivimos una sola vida, y somos libres de dejarnos llevar y por qué no, de permitir mostrarle los sentimientos a los demás. Y me podrás decir que Pes ha muerto para ti. Pero tus células siguen tan candentes como la ceniza de ese cigarro que nunca más vas a volver a encender. La mente madura. Pero el corazón que portamos es el mismo que cuando teníamos 10 años y nos reventaban los sentidos con aquel gameplay apoteósico.
Konami nos demostró a ser humildes, ya lo creo. Que hay conceptos que no se pueden comprar. Que el núcleo de todo ente, el alma, es intrazable. Con doscientos presupuestos podrían hacer un juego de fútbol mejor que Pro Evolution Soccer, pero nunca un alma a imagen y semejanza. El alma es el que viene de serie. Inescrutable. Impepinable.
El aire comienza a dejarme frío. He sacado una jersey de punto acabado en pico que me hizo mi madre a mano. Ya casi no me quedan hojas en blanco con las que seguir escribiendo. Anda, otro pajarillo se ha posado sobre el zurrón. Pero ya casi no quedan migas que rebañar.
Quiero ser contundente y a la vez realista. Este texto no creo que tenga el más mínimo sentido para quien no haya conocido los inicios de la saga. Si cuando tú tenías 12 años el juego que había en el mercado era PES 2009, este no es tu texto. Posiblemente no entiendas de lo que estoy hablando, pero al menos, y si has tenido el valor de llegar hasta aquí, espero que comprendas que lo que hoy empieza a ser de nuevo Pes, no lo es por PES 2009 o PES 2012. Y tampoco lo digo yo. Lo sabe Konami. Love the past, play de future. He dicho.
De todas formas hoy son pocos los niños que juegan a PES. Y resultará realmente duro explicarles el alma de Pro Evolution Soccer. Cómo le explico yo a un chico de 17 de años La teoría de la Reminiscencia consistente en recordar lo que el alma sabía cuando habitaba en el mundo inteligible de las ideas antes de caer al mundo sensible y quedar encerrada en el cuerpo.
Creo que es el momento de que diga lo que siento. Pero no lo que quieres oir, ni lo que políticamente sería correcto decir en estas ocasiones.
Yo siento, pero eso ya lo sabes. Para mí la saga Pro Evolution Soccer es importante en la medida en la que me ha moldeado en años muy inestables de mi vida como son la infancia y la adolescencia, e insisto, yo hoy soy un poco de lo que soy por todo lo que sus juegos me dieron en su momento. Pero también tengo toda la cordura y la certeza para ser consciente de que cuando en la vida se vive de las rentas, se paga. La Leyenda sigue estando ahí, pero cuando aún eres Leyenda viva, lo mínimo es proteger el legado, pues el paso de ser leyenda a ser humano es tan efímero que podría enumerar los incontables casos de leyendas que dejaron de ser leyendas porque así se lo propusieron.
Independientemente de que Pes sea leyenda, es preciso ser coherentes con la realidad. Hoy Pes no existe para muchos. Es más, hoy es el día en el que los niños no saben ni tan siquiera qué es Pes, si un videojuego o una concatenación de P.
¿Debería morir Pes? No. Y sepan los que oprimen su eclosión que somos cizallas contra el candado. El preso libre entre rejas que ríe a carcajadas. Somos odio. Somos los hijos de los Pes que un día hicieron soñar a los niños. Llevamos años soñando con verte. Y hoy, asomas la cabeza. Que no hay trono sin corona, ni pedestal sin cabeza. Pedíamos tu vida y nos enseñaste tu valentía.
Un animal salvaje es más peligroso herido, y vaya si te han herido Pes. Han pedido tu cabeza e incluso intentaron regalar tu alma de gran héroe al enemigo mas no te rendiste no. No te rendiste. Yo solté la banderola y la clave en lo alto de mi montaña. Yo si me rendí. Una generación de fracaso se llevó en volandas a toda tu tripulación. Tengo cicatrices en las palmas de las manos de amarrarme al asta del barco. Por eso no podemos olvidar a la leyenda, porque cada mañana cuando me lavo la cara con agua me raspan las cicatrices que me dejaste en las manos. Y ya no duele. Esto ya no duele…
He llegado a la última página del cuadernillo. Aprovecho para beber un sorbo del botellín de agua. Escribir sobre Pes me humedece los ojos y me reseca la garganta. Insisto, para entender esto hay que haberlo vivido con el alma de niño. Porque hoy Pes 16 es un juego con personalidad y porte y posiblemente Pes 2017 sea aún más galán, pero si acabas de llegar, por muy grande que sean estos juegos, no podrás entender la esencia de Pro Evolution Soccer, si acaso dentro de otros 20 años se te humedezcan los ojos al recordar Pes 2017.
Bendigo al que haya tenido el valor de no saltar del barco cuando acarició Pes 2010. No conozco tanta bravura junta ni en mi segundo apellido. Bravo. Bravo por quien fue capaz de jugar a Pes 2010, a Pes 2011, a Pes 2014. Años criminales para los niños que llevamos en el interior. A mí me destrozaron por dentro.
Y en parte he perdido algo de ilusión por la saga. Será la edad, que nos hace alejarnos del niño interior, o las responsabilidades diarias que no te dejan espacio para estos menesteres. Pero a mí me destrozaron vivo por dentro, y dolió. ¿Qué demonios les ocurre a las personas en algunos momentos de sus vidas? Perdemos el rumbo y se nos escapa la situación por completo. Lo importante es que de todos los errores que cometemos aprendemos algo, nos hacemos más fuertes. Pro Evolution Soccer debe de tener la dureza de un titán. Debería, pues ha pecado lo que no está escrito. La luz que vemos ahora con PES 2015 y PES 2016 nos hace ser optimistas. Pero ya a estas alturas de la película, toda precaución es poca.
Por último quiero hablarte a ti. Mandarte un mensaje, si es que aún me lees. Las dos personas más valientes de la tierra son las que son capaces de jugar a los PES de la pasada generación y los que son capaces de leerme hasta el último renglón. Torcidos estos, como los de Dios.
En definitiva, quiero que me leas a los ojos. ¿Sabes por qué PES sigue hoy vivo? ¿Por qué estamos ante una leyenda viva, independientemente de su estado de vida actual? Porque el fan lo ha sacado del pozo. Tú que has comprado PES 2012. Tú que has mantenido la esperanza en ver algún día un PES a la altura de PES 5. Tú que escribes en foros, que alimentas a los demás compañeros y que haces que el boca a boca sea posible. Yo he visto a muchas personas discutir con dureza en foros. Intercambiar insultos e improperios. ¡Por un juego! ¡Por la leyenda! Hay una rabia contenida en todos nuestros interiores que no alcanzamos a ver. Y ahora que casi salimos del pozo, estamos aún más nerviosos. Mirar atrás nos atemoriza, y dar un paso al frente es el destino que todos queremos obtener. PES 2017 es, y estaréis todos de acuerdo conmigo, la batalla final. Es ahora o nunca. El estoque. El regreso. La leyenda. La leyenda. El regreso de la leyenda.
Me gusta el sonido del cuadernillo al cerrarse de un golpetazo. Cargo mi zurrón en la espalda y comienzo el descenso de la montaña. Cojo aire y mantengo el sonido de mis latidos. Lo más difícil de la vida no es llegar, sino mantenerse. La leyenda debe dar paso al reto. Estoy convencido de que estamos llegando. Si tenéis el orgullo suficiente, si habéis sufrido lo que yo, si tenéis escondido el alma de niño errante en vuestro interior, prended fuego a esto porque tengo el profundo presentimiento de que estamos en el camino.
Me descalzo las zapatillas de estar en casa y me meto en la cama. En posición supina, miro al techo pero veo estrellas. Veo tu mirada. Veo todos nuestros rostros unidos. Silencio. Hoy sueña nuestro niño interior. Hoy, pase lo que pase, todos somos leyenda.
Carlos González Bravo (KurosakiCarlos)